José Manuel Díaz Palomares se marca retos sobre la bicicleta y los aprovecha para ayudar a ONG recaudando fondos.
Primer clasificado en las 24 horas de Calafat con 735 kilómetros en 2015; subcampeón de la Copa de España de Ultrafondo en 2017; subcampeón de España en 12 y 24 horas y récord del mundo de 1.000 kilómetros en pista cubierta en 2019… Estos son solo algunos de los numerosos logros conseguidos por José Manuel Díaz Palomares (1968), un guardia civil madrileño que retomó su afición por la bicicleta cuando ya había cumplido los 37 años. Desde entonces no se ha bajado de ella y el ciclismo de ultrafondo se ha convertido en su gran pasión.
Este deportista reconoce que se enfrenta a pruebas de extrema dureza porque le gusta desafiarse a sí mismo. Pero detrás de ellas hay algo más que un reto personal. Hace años decidió que podrían ser «la excusa perfecta» para recaudar fondos que posibilitaran la puesta en marcha de proyectos dirigidos a personas necesitadas o enfermas. Empezaron, así, sus pedaladas solidarias. «Busco hacer un reto anual y vincularlo a alguna ONG. He colaborado con entidades como la Fundación Nemo y otras que han ayudado a países que han tenido situaciones muy duras, como Guatemala o Uganda», comenta.
En 2023, se ha propuesto recaudar dinero para El Valle Encantado, un proyecto del Hospital Materno Infantil de Málaga que consiste en construir una zona lúdica en su azotea para los niños hospitalizados, sus familiares y personal sanitario. «Conocí esta iniciativa después de que a un amigo de mi hijo le diagnosticaran leucemia. Pregunté a sus padres qué fundación les estaba ayudando y contacté con sus responsables. Se trata de Juegaterapia, una entidad que dona consolas, tablets y videojuegos, procedentes de empresas y particulares, a las áreas pediátricas de hospitales. Su lema es la quimio jugando se pasa volando», explica.
José Manuel propuso a Juegaterapia aprovechar su próximo reto sobre la bicicleta para obtener fondos para este proyecto, y la fundación no dudó en aceptar. Así, el próximo 9 de julio este madrileño comenzará un viaje pedaleando desde Madrid a Cabo Norte (Noruega). Atravesará ocho países y recorrerá 4.800 kilómetros en 25 días de una forma autosuficiente. «Desde hace tiempo, tenía previsto vivir esta experiencia y pensé: ‘¿Por qué no ahora y aprovecharla para ayudar’?», subraya.
El guardia civil partirá únicamente con unas alforjas de bici y una mochila, donde meterá dos equipos de ciclismo, ropa de calle y productos de aseo. Confía en que, por el camino, la solidaridad de las personas le dé el empujón que necesita para llegar a su meta. «Ya estoy contactando con españoles que viven en ciudades por las que pasaré para que me acompañen en tramos o, simplemente, conversen conmigo en mis paradas. Me apetece que sea un tema social, conocer sitios… Mi objetivo, además de ayudar a Juegaterapia, es vivir la experiencia. Para mí, es un sueño cruzar Europa en bicicleta», añade.
Díaz Palomares dio por terminada su etapa de competición en 2019, pero continuó pedaleando en rutas de aventuras no exentas de dureza, como las SR (pruebas de 600 kilómetros con 10.000 metros de desnivel). En 2022, después de hacer cinco, consiguió llegar a las 10 y, por ello, obtuvo una distinción.
También, en junio del año pasado, recibió la medalla del 1.000 murciano, después de pedalear unas intensísimas 74 horas y cinco minutos en el Brevet murciano. Durante este tiempo, como él subraya, «tuve que emplear todo lo aprendido en mis años de ciclismo de larga distancia. Supuso una dificultad extrema y fue una competición en toda regla contra el tiempo, la climatología, la orografía y contra mis miedos. Quise intentarlo como colofón a una fase de entender el ciclismo», concluye.