Los sindicatos de la Benemérita ven esta situación como una “discriminación total”. Consideran que la igualdad, de la misma manera que la integridad en procesos de semejante magnitud e importancia es necesaria, por tanto, “dividir el examen en dos días pondera la injusticia para el opositor, ya que ello lleva a establecer dos exámenes de diferente dificultad.”
La fase de entrevista personal, una de las pruebas de acceso en las oposiciones, es otra de las pesadillas que le quitan el sueño a colectivos como AUGC. A su manera de ver, “deberían ser grabadas porque si no se carece de seguridad jurídica”. Si algún opositor desea recurrir algún aspecto al tribunal, ante una prueba de la cual no hay constancia, “es imposible reclamar”.
Fuente: Confidencial Digital